17 marzo 2010

NUEVA SECCION EN LA EUREKA!

El Fantasma de Verdaguer: Capitulo 1
Soy el fantasma de Verdaguer, nací un 30 de julio de 1915, en Montevideo, mis padres eran argentinos y yo uruguayo por lo que yo vengo a ser un artista del Río de la Plata. Como Natalia Oreiro pero mucho más feo.

Morí el 14 de mayo de 2001, en Buenos Aires, que paradoja yo que fumé durante toda mi vida el mismo habano al menos mi último aliento fue de buenos aires.

De haber muerto en Uruguay hubiera elegido Aires puros.

Igual de Uruguay lo que más me causa gracia es que tengan una localidad que se llame Pajas Blancas, ¿Qué adolescente le puso ese nombre a ese lugar?

En fin nací, como dicen las viejas, vine con un pan abajo del brazo, por lo que al principio pensé en ser panadero, pero finalmente no pudo ser porque sudaba mucho por las axilas y el pan terminaba muy mojado y de un solo sabor, pan de cebolla.

Fue entonces que ya como adolescente empecé a pensar en que hacer con mi vida.

Lo primero que pensé fue en mudarme a Pajas Blancas, lugar paradisíaco para cualquier joven.

Poco tiempo después me di cuenta que no podía vivir de mi destreza manual así que descarté ser artesano.

Ya sin muchas opciones por delante casi me resigno a trabajar empleado público.

Tampoco pudo ser ya que finalmente descubrí que empleado público y trabajar son dos cosas incompatibles.

Fue así que un día sin nada más que hacer me hice artísta.
Al principio las cosas no me resultaron fáciles pero después todo fue… . peor.

Ser artista no es nada fácil uno nunca sabe si va a tener dinero para poder comer mañana.

Lo único seguro es que hoy no va a tener para comer.

Por eso siempre fui tan flaco.

Por eso y por mi esposa.

Y por mi suegra.

Cuando conocí a mi esposa era una bella mujer, parecía un espejismo en medio del desierto.

Años después comprobé que lo era.

Al verla quedé deslumbrado, sentí que mi cuerpo se estremecía, que me corría un sudor incontenible por la frente que mis piernas temblaban.

Ella era enfermera y yo estaba internado con pulmonía y 42 grados de fiebre a punto de explotar.

Cuando me recuperé de mi fiebre ya no sentí lo mismo, aunque los calmantes que ponía en mi suero era fantásticos.

Fue amor a primer termómetro y al poco tiempo nos casamos.

Estuvimos juntos hasta el final, casi 50 años, una eternidad desde el segundo año de casados.

Yo no creía en el divorció, pero hubo momentos en que vi la luz y fui un fervoroso creyente.

Igual nunca me divorcie, ella había dado su palabra de que lo nuestro era hasta que la muerte nos separe y tenía gran puntería, además de enfermera era campeona nacional de tiro al blanco.

Y yo siempre fui muy blanco.

En fin sobre mi matrimonio siempre digo lo mismo: “no me puedo quejar”.

Porque no me dejan…

Saludos y hasta la próxima

El fantasma de Verdaguer
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ESCUCHA AL FANTASMA DE VERDAGUER EN PODER CIUDADANO RADIO DE 7.30hs y 9.30hs en Azul FM 101.9
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1 comentario:

  1. Hace tiempo pude ver tu página... En ese momento nos hubiera resultado difícil "abstraer lo circundante" por lo que, un comentario con identidad, hubiera sido -aún en la mejor de las posibilidades- interpretado con mucho sesgo.
    Vamos andando y eso permite desvirtuar la bruma.
    En el perpetuo reacomodo de lo que percibimos como realidad, va decantando -que no precipitando- la trama de la vida.
    Siempre es para bien.
    Gracias infinitas por todo lo aprendido, y todo lo que falta.
    Somos uno.
    Como canta Fito: "el AMOR es mas fuerte".

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