07 abril 2010

Frases para la vida: Gandhi

No hay camino para la paz, la paz es el camino.

Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa.

La violencia es el miedo a los ideales de los demás.

Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio.

La voz interior me dice que siga combatiendo contra el mundo entero, aunque me encuentre solo. Me dice que no tema a este mundo sino que avance llevando en mí nada más que el temor a Dios.

Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro. La vida es un todo indivisible.

Casi todo lo que realice será insignificante, pero es muy importante que lo haga.

Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego.

No dejes que se muera el sol sin que hayan muerto tus rencores.

No se nos otorgará la libertad externa más que en la medida exacta en que hayamos sabido, en un momento determinado, desarrollar nuestra libertad interna.

Ganamos justicia más rápidamente si hacemos justicia a la parte contraria.

La verdadera educación consiste en obtener lo mejor de uno mismo. ¿Qué otro libro se puede estudiar mejor que el de la Humanidad?

Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales.

Quisiera sufrir todas las humillaciones, todas las torturas, el ostracismo absoluto y hasta la muerte, para impedir la violencia.

No escuches a los amigos cuando el amigo interior dice: ¡Haz esto!
Mi arma mayor es la plegaria muda.

Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia.

Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él.

El hombre no posee el poder de crear vida. No posee tampoco, por consiguiente, el derecho a destruirla.

Dicen que soy héroe, yo débil, tímido, casi insignificante, si siendo como soy hice lo que hice, imagínense lo que pueden hacer todos ustedes juntos.

Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo.

Uno debe ser tan humilde como el polvo para poder descubrir la verdad.

El verdadero progreso social no consiste en aumentar las necesidades, sino en reducirlas voluntariamente; pero para eso hace falta ser humildes.

Si la muerte no fuera el preludio a otra vida, la vida presente sería una burla cruel.

No me gusta la palabra tolerancia, pero no encuentro otra mejor. El amor empuja a tener, hacia la fe de los demás, el mismo respeto que se tiene por la propia.

Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena.

Ante las injusticias y adversidades de la vida... ¡calma!.

La tristeza de la separación y de la muerte es el más grande de los engaños.

Todo lo que se come sin necesidad se roba al estómago de los pobres.

La muerte no es más que un sueño y un olvido.

La verdad jamás daña a una causa que es justa.

La verdad es totalmente interior. No hay que buscarla fuera de nosotros ni querer realizarla luchando con violencia con enemigos exteriores.

Correrán ríos de sangre antes de que conquistemos nuestra libertad, pero esa sangre deberá ser la nuestra.

Aquellas personas que no están dispuestas a pequeñas reformas, no estarán nunca en las filas de los hombres que apuestan a cambios trascendentales.

La humanidad no puede liberarse de la violencia más que por medio de la no violencia.

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